21/05/2018
Son ya muchos años viendo como nuestro sector se precariza y nuestras condiciones laborales caen mientras aumentan las cargas de trabajo y el estrés que de todo ello se deriva. Esto se ha visto agudizado por la última crisis del sistema en la que, como siempre, los trabajadores acabamos pagando las consecuencias. Pero esta situación no es fruto de la casualidad. De la misma manera que el Gobierno ha aprovechado la crisis para hacer reformas laborales o recortar en salud o educación perjudicando a la clase trabajadora en favor de los que más tienen, el sector de la elevación no ha sido una excepción. Se desreguló a través de un Real Decreto, el RD88/2013, que fulmina de un plumazo el número máximo de ascensores por técnico y que ha dado a las empresas una peligrosa e ilimitada libertad para aumentar las cargas de trabajo trayendo consigo inseguridad para técnicos y usuarios.
Pero que no nos engañen. Al igual que los Gobiernos hacen reformas dictadas desde las altas esferas del poder a su medida, la desregulación del sector a través de ese Real Decreto tiene el mismo objetivo, beneficiar a las empresas a costa de la precarización que sufrimos los trabajadores y, si nos queda alguna duda sobre la eterna complicidad entre patronales y gobiernos solo tenemos que preguntarnos. ¿Por qué se oponen entonces a una nueva regulación que marque un número máximo de ascensores por técnico?
A estas alturas cualquiera que trabaje en el sector sabe que solo a través de una normativa que fuese en esa dirección se podrían controlar y reducir las cargas de trabajo.
Por eso debemos tener muy claro que estamos en una dura lucha contra el tándem Patronal-Gobierno y que nos enfrentamos a esa complicidad que es totalmente opuesta a los intereses de los trabajadores. Desde CCOO hemos manteniendo reuniones con las patronales de las grandes empresas y PYMES del sector, con partidos políticos, con el Ministerio de Industria y Consejerías de las distintas Comunidades Autónomas, pero sabemos que buscar un futuro satisfactorio para los intereses de los trabajadores no se consigue con reuniones en despachos sino en la calle a través de un sindicalismo combativo, con la movilización y la huelga. El reciente ejemplo de los pensionistas nos recuerda cuál es y ha sido siempre el único camino para conseguir cualquier triunfo de la clase trabajadora.
Sabemos que los problemas a los que nos enfrentamos echan raíces desde muy arriba y solo a través de una estructura sindical fuerte como CCOO, con capacidad de organizar a los trabajadores del sector a nivel estatal, es posible enfrentarse a los intereses del gobierno y patronal que no cederán sin una lucha obrera sostenida. Debemos tener claro que la
realidad que atraviesa el sector trasciende más allá de conflictos internos que se puedan dar localmente dentro de una empresa o que, desde organizaciones sindicales corporativas, se puedan resolver.
PORQUE NUNCA NOS HAN REGALADO NADA. TODO LO QUE TENEMOS ES FRUTO DE LA LUCHA OBRERA Y SINDICAL.
POR UNA NORMATIVA DEL SECTOR QUE NO NOS PRECARICE
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