viernes 28 de septiembre de 2018
- Ante la posibilidad de que el grupo se divida en dos empresas, CCOO se ha puesto en contacto con los sindicatos europeos y mundiales para abordar el caso de manera coordinada y transnacional
CCOO de Industria trabaja para obtener las máximas garantías de que la división de actividades que previsiblemente aprobará este fin de semana el consejo de administración de Thyssenkrupp, no afectará al empleo y a las condiciones laborales. Se ha propuesto promover actuaciones globales ante un problema que tiene una envergadura global. De momento, ha reclamado a IndustriAll Europe y a IndustriALL Global Union que el sindicalismo internacional actúe de manera transnacional.
Son cientos de miles las trabajadoras y los trabajadores que Thyssenkrupp tiene en todo el mundo. Una parte importante de su plantilla trabaja en Europa. Por eso, CCOO de Industria es consciente del revuelo que despiertan las últimas noticias que han aparecido en los medios de comunicación internacionales y nacionales. La prensa asegura que este fin de semana el consejo de administración del grupo aprobará la división de actividades.
Lo que ocurra en Thyssen es una cuestión de primer orden para este sindicato. Al conocer estas noticias, CCOO de Industria trasladó a IndustriAll European Trade Union y a IndustriALL Global Union (federaciones europea y mundial de los sindicatos de industria) la urgente necesidad de abordar la situación y sus posibles repercusiones en el ámbito de las condiciones de empleo, de manera transnacional, del mismo modo que la compañía actúa globalmente.
Indudablemente, este sindicato trabajará para obtener las máximas garantías. Se asegurará de que el proceso no afectará al empleo y a las condiciones de trabajo. Pedirá información a la compañía en el ámbito nacional y una acción internacional que facilite la transparencia y el conocimiento del proceso en todos los centros de trabajo del grupo.
CCOO de Industria espera que se celebren pronto los encuentros entre los diferentes sindicatos europeos para establecer una posición común ante el caso de Thyssen. Permitirá al sindicalismo europeo e internacional mostrar firmeza ante esta situación y que la dirección asimile que ante un problema global se promoverán actuaciones sindicales globales.
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