Jueves 26 de septiembre de 2013
CCOO de Madrid denuncia que una gestión nefasta del Gobierno municipal ha puesto a la ciudad de Madrid al borde de la quiebra. Las políticas de despilfarro del dinero público han disparado la deuda y han causado el deterioro de los servicios públicos y como consecuencia el aumento de las desigualdades sociales.
En estos últimos 18 meses el Ayuntamiento de Madrid se ha visto abocado a solicitar en dos ocasiones un rescate financiero para pagar la deuda con sus proveedores. Si en el primero el rescate alcanzó los 1.017 millones de euros, en esta ocasión será por 350 millones. Entre ambos rescates más sus intereses, la deuda financiera se habrá incrementado en 1.817 millones de euros. Quedando la deuda a finales de año en 7.074 millones, una barbaridad si además tenemos en cuenta que durante 2013 se van a pagar 1.200 millones por este concepto.
Como denuncia CCOO de Madrid, estos datos son consecuencia de 10 años de políticas de despilfarro, basadas en la construcción de infraestructuras "faraónicas", alguna actualmente sin uso alguno o sin terminar (Caja Mágica, Palacio de Telecomunicaciones, Centro Acuático, etc.) que han vaciado las arcas municipales y condicionan el futuro de la ciudad debido al volumen de endeudamiento alcanzado. En los próximos 10 años, al menos el 20% de los ingresos se deberán de destinar al pago de deuda.
Este pago de la deuda se hará a costa de la ciudadanía madrileña, dado que será ésta quien sufra las consecuencias de la reducción de gasto en los servicios públicos. Por ejemplo, durante el año 2012 se dejaron de gastar 25 millones, en ayuda a domicilio o 3,3 millones en becas escolares. Unos recortes que, para CCOO de Madrid, hará que se incrementen las desigualdades sociales, favoreciendo aun más la exclusión social.
Por otra parte, el sindicato recuerda que, a su vez, la ciudadanía madrileña ha sufrido un incremento de los impuestos de casi el 200% en los últimos diez años.
Para CCOO de Madrid, estas cifras evidencian cómo la ciudad de Madrid se encuentra en manos de unos gestores incapaces de buscar soluciones viables y justas para los ciudadanos, dado que se guían por dogmas ideológicos que han mostrado su fracaso durante estos años.
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